Ciclo de la AMPP: Bases técnicas de la Psicoterapia en Freud con Javier Montejo

30 octubre 2024 | Artículos

Javier dio comienzo a la conferencia con una pregunta que nos acompañó como telón de fondo durante toda la jornada: ¿Qué surgió antes, el psicoanálisis o la psicoterapia psicoanalítica? Parecía una pregunta fácil de responder, pero nos fue llevando a plantearnos varias cuestiones. ¿Hay una historia diferente para cada una de ellas o es la misma historia compartida? Reflexionando sobre esta pregunta se nos hace un poco difícil responder porque en sí, vienen de la misma raíz, pero a su vez, son diferentes.

Comúnmente los psicoanalistas diferenciamos ambas diciendo que el psicoanálisis es un proceso más profundo y duradero, que requiere de una frecuencia mayor de sesiones a la semana que el de la psicoterapia psicoanalítica y que, por lo tanto, es más difícil llegar a ser psicoanalista. Esto es debido a que requiere una mayor formación, mayor inversión tanto de tiempo como de dinero, y mucho más deseo y capacidad de sostener lo que conlleva un psicoanálisis. En cambio, decimos que la Psicoterapia Psicoanalítica se adapta más al encuadre que pueda sostener el paciente, requiere de menos formación, es menos duradera, con menor número de sesiones semanales y por lo tanto, menos cara.

Javier nos traía a confrontarnos con una realidad. ¿Qué es que la psicoterapia es siempre menos?

Adentrándonos en la historia del Psicoanálisis podemos entender todo esto con mayor claridad, aunque contestar todas estas preguntas no deja de ser complejo. La historia del Psicoanálisis y la Psicoterapia es la misma con la paradoja de lo que Freud empezó a realizar tiene más que ver con lo que hoy se llama Psicoterapia. El concepto de Psicoterapia Psicoanalítica surge después, alrededor de los años 50 del siglo pasado junto con todas las variaciones que venían surgiendo de la cura (el psicoanálisis de niños, aplicaciones a otro tipo de patologías como la psicosis, y la creación de los institutos).

Método y teoría de ambas ¿diferentes?

Entonces, ¿Freud que era? ¿Psicoanalista? o ¿Psicoterapeuta? ¿cuánto de lejos estaba de lo que hoy en día nombramos Psicoterapia Psicoanalítica?

En estudios sobre la historia Freud ya da la primera regla de lo que será el psicoanálisis: la asociación libre. Aquí nos encontramos en la prehistoria del psicoanálisis ya que como sabemos todavía Freud estaba descubriendo el método. Por lo tanto, se iba modificando continuamente según iba avanzando en sus escritos. Rápidamente y gracias al Caso Dora, sigue desarrollando el método. El caso Dora es un fracaso terapéutico y debido a esto conoce el dinamismo de las resistencias y el papel fundamental que tiene en el proceso una de ellas: la transferencia.

En estos primeros años, los análisis eran más cortos y breves, se contaban por meses. El psicoanálisis estaba pautado para la histeria, neurosis obsesivas y fobias. El tratamiento para otro tipo de patologías estaba limitado. Además, recomendaba que los tratamientos no durasen más de 3 años, pudiendo acotarse en los casos más leves. Refería que los pacientes que se fueran a analizar tenían que ser capaces de estar en un estado psíquico normal y que fueran inteligentes.

En 1907 Max Eitingong es mandando por Bleuler y Jung al grupo de los miércoles por la noche para enterarse bien de cuál es la posición técnica del analista. Freud le responde que la meta de la técnica es hacer que el paciente haga todo por sí mismo. La labor del terapeuta consiste en eliminar las resistencias, concluyendo que solo hay una forma de eliminarlas, a través de la transferencia. Nuestras curas, son curas de amor, dice Freud.

En 1908 durante la primera reunión de partidarios del psicoanálisis -que luego pasó a la historia como el primer congreso de la IPA- Freud presenta el caso del hombre de las ratas para así responder a la pregunta de cómo se hace un psicoanálisis. Para ello nos introduce el concepto de atención flotante.

Durante este período Freud dice a sus discípulos que no hay que quedarse aplicando únicamente este tipo de método. Que hay mucho por hacer y que es necesario seguir desarrollando la técnica. En toda la obra de Freud nunca encontraremos que la teoría y la técnica estén establecidos como una forma permanente, como un estado que no puede cambiar. De ahí que los psicoanalistas tengamos el deber de adaptarnos a los tiempos, igual que lo hizo Freud. Nos dice que la técnica tiene que variar en función de cada tipo de paciente. Aquí estamos ante un Freud más cercano al concepto que manejamos a día de hoy de Psicoterapia Psicoanalítica, siendo que las distinciones vinieron a posteriori.

Diez años después habla de la abstinencia como eje de la terapia analítica y desarrolla el elemento más peligroso como obstáculo para la cura: la contratransferencia. Ya en aquellos años, explica Freud que cada psicoanalista solo llega hasta donde se lo permiten sus propias resistencias interiores y complejos. Es aquí cuando propone las tres patas del psicoanálisis: psicoanálisis personal, formación y supervisión continua.

En general rechazó la idea de crear manuales porque temía que la técnica quedase cerrada y fuera aplicada sin tener en cuenta posibles avances. Rehusaba la idea de modificar los desarrollos teóricos si estos no iban modificados también de la técnica.

Estuvo a punto de realizar un escrito sobre la contratransferencia, pero no llego a ello por el escándalo que podría producir, y sus posteriores resistencias al Psicoanálisis, que ya sabemos que en la época eran bastantes. En cambio, sustituyó estas ideas por los escritos que tenemos sobre técnica en los que contaba en forma de consejos sobre cómo él trabajaba para evitar decir normas, o reglas que pudieran seguir otros al pie de la letra.

En 1919 leyó una conferencia en la que exponía un ejemplo de un caso de agorafobia. Venía a decir que para que el enfermo pudiera venir a realizar su análisis a consulta, tendríamos que ser primero capaces de hacer que viniera a ella – a través de quizás adaptar el psicoanálisis, lo que hoy llamaríamos psicoterapia-.

Abogó aquí por mezclar el oro puro del análisis con el cobre de la sugestión

En los años 20 no se ocupó de la técnica. Sin embargo, se fundan las clínicas gratuitas y los institutos. La nueva generación de analistas extiende la teoría más allá de las neurosis y las llevan a personas que no tienen tantos recursos. Se basan en la técnica activa basada en la abstinencia para producir análisis breves. Alexander y Balint fueron los primeros alumnos del Instituto de Berlín y por lo tanto, pasaron a ser los primeros profesores del Instituto. La segunda generación de Psicoanalistas fue la primera generación de psicoanalistas que habían recibido análisis didáctico, formación y supervisión.

De todo esto, podemos concluir que no hay técnica “tipo” en el desarrollo de la obra y la vida de Freud. La técnica tipo es algo posterior, que se desarrolla en la década de los 50 y 60. Franz Alexander establece el primer modelo fundamental de psicoterapia psicoanalítica como algo metodológico y técnico diferente al psicoanálisis que describía Freud, para poder afrontar la multitud de casos que no podían tratarse con el proceso estándar. Eran casos de crisis, cuadros psicóticos, personas con bajos recursos. Alexander comienza este proyecto negando que existan diferencias, pero luego pasa a decir que solo va a haber una diferencia metodológica. En la Psicoterapia Psicoanalítica el método es planificado hay un encuadre adaptado a cada paciente, una posición técnica flexible, y se da la primacía de lo actual, lo experiencial y lo emocional.