Nuestros Adolescentes Hoy

01 junio 2022 | Conferencias

Ricardo Jarast y Garbriel Ianni
Coordina: Felicidad González
Jueves 28 de abril de 2022, 20.30h
FEDERACIÓN ESPAÑOLA DE PSICOTERAPIA PSICOANALÍTICA

PONENCIA DE RICARDO JARAST:

Adolescentes en Guerras: de Ana Frank a TikTok

En julio de 1944, en Ámsterdam, Ana Frank con 14 años escribía en su Diario:

“Querida Kitty (Kitty era un personaje ficticio a quien Ana Frank escribía las cartas en su
Diario):

De la biblioteca nos han traído un libro con un título muy provocativo: ¿Qué opina usted de la adolescente moderna?
Sobre este tema quisiera hablar hoy contigo.

La autora critica de arriba abajo a los “jóvenes de hoy en día”; sin embargo, no los rechaza totalmente a todos como si no fueran capaces de hacer nada bueno. Al contrario, más bien opina que si los jóvenes quisieran, podrían construir un gran mundo y más bonito, pero al ocuparse de cosas superficiales, no reparan en lo esencialmente bello. En algunos momentos de la lectura me dio la sensación de que la autora se refería a mí con sus censuras, y por eso ahora por fin quisiera mostrarte cómo soy realmente por dentro y defenderme de este ataque.

Tengo una cualidad que sobresale mucho y que a todo aquel que me conoce desde algún tiempo tiene que llamarle la atención, y es el conocimiento de mí misma. Sin ningún prejuicio y con una bolsa llena de disculpas, me planto frente a la Anne de todos los días y observo lo que hace bien y lo que hace mal. Esa conciencia de mí misma nunca me abandona y enseguida después de pronunciar cualquier palabra sé: esto lo tendrías que haber dicho de otra forma, o: esto está bien dicho. Me condeno a mí misma en miles de cosas y me doy cuenta cada vez más de lo acertadas que son las palabras de papá, cuando dice que cada niño debe educarse a sí mismo. Los padres tan solo pueden dar consejos o recomendaciones, pero en definitiva la formación del carácter de uno está en sus propias manos. A esto hay que agregar que poseo una enorme valentía de vivir, me siento tan fuerte y capaz de aguantar, tan libre y tan joven… La primera vez que me di cuenta de ello me puse contenta, porque no pienso doblegarme tan pronto a los golpes que a todos nos toca recibir.

¿Cómo es posible que papá nunca me haya apoyado en mi lucha, que se haya equivocado de medio a medio cuando quiso tenderme una mano? Papá ha empleado métodos desacertados, siempre me ha hablado como a una niña que tiene que pasar por una infancia difícil. Suena extraño, porque nadie ha confiado siempre en mí más que papá y nadie me ha dado la sensación de ser una chica sensata más que papá. Pero hay una cosa que ha descuidado, y es que no ha pensado en que mi lucha por superarme era para mí mucho más importante que todo lo demás.

Sin embargo, no ha sido esa la causa de mi mayor decepción, no, mucho más que por papá me devano los sesos por Peter (su amigo en la Casa de atrás, el refugio donde se escondían). Sé muy bien que he sido yo quien lo ha conquistado a él, y no a la inversa, me he forjado de él una imagen de ensueño, lo veía como a un chico callado, sensible, bueno, muy necesitado de cariño y amistad. Yo necesitaba expresarme alguna vez con una persona viva. Quería tener un amigo que me pusiera otra vez en camino, acabé la difícil tarea y poco a poco hice que él se volviera hacia mí. Cuando por fin había logrado que tuviera sentimientos de amistad para conmigo, sin querer llegamos a las intimidades que ahora, pensándolo bien, me parecen fuera de lugar. He cometido un gran error al excluir cualquier otra posibilidad de tener una amistad con él, y al acercarme a él a través de las intimidades. Está ansioso de amor y me quiere cada día más, lo noto muy bien. He atraído a Peter hacia mí a la fuerza, mucho más de lo que él se imagina, y ahora él se aferra a mí y de momento no veo ningún medio eficaz para separarlo de mí y hacer que vuelva a valerse por sí mismo. Es que desde que me di cuenta, muy al principio, de que él no podía ser el amigo que yo me imaginaba, me he empeñado para que al menos superara su mediocridad y se hiciera más grande aun siendo joven.

“Porque en su base más profunda, la adolescencia es más solitaria que la vejez”. Esta frase se me ha quedado grabada de algún libro y me ha parecido una gran verdad. ¿De verdad es cierto que los mayores aquí lo tienen más difícil que los jóvenes? No, de ninguna manera, Las personas mayores tienen su opinión formada sobre todas las cosas y ya no vacilan ante sus actos en la vida. A los jóvenes nos resulta doblemente difícil conservar nuestras opiniones en unos tiempos en los que se destruye y se aplasta cualquier idealismo, en los que la gente deja ver su lado más desdeñable, en los que se duda de la verdad y de la justicia y de Dios.

Quien así y todo sostiene que aquí, en la Casa de atrás, los mayores lo tienen mucho más difícil, seguramente no se da cuenta de que a nosotros los problemas se nos vienen encima en mucha mayor proporción. Problemas para los que tal vez seamos demasiado jóvenes, pero que igual acaban por imponérsenos, hasta que al cabo de mucho tiempo creemos haber encontrado una solución, que luego resulta ser incompatible con los hechos, que la hacen rodar por el suelo. Ahí está lo difícil de estos tiempos: la terrible realidad ataca y aniquila totalmente los ideales, los sueños y las esperanzas en cuanto se presentan. Es un milagro que todavía no haya renunciado a todas mis esperanzas, porque parecen absurdas e irrealizables. Sin embargo, sigo aferrándome a ellas, pese a todo, porque sigo creyendo en la bondad interna de los hombres.

Me es absolutamente imposible construir cualquier cosa sobre la base de la muerte, la desgracia y la confusión. Veo cómo el mundo se va convirtiendo poco a poco en un desierto, oigo cada vez más fuerte el trueno que se avecina y que nos matará, comparto el dolor de millones de personas, y sin embargo, cuando me pongo a mirar el cielo, pienso que todo cambiará para bien, que esta crueldad también acabará, que la paz y la tranquilidad volverán a reinar en el orden mundial. Mientras tanto tendré que mantener bien altos mis ideales.

Tal vez en tiempos venideros aún se puedan llevar a la práctica… Tu Anne Frank.”

La historia de Ana Frank

Ana Frank nació en 1929 en Frankfurt, Alemania, hija de una familia judía de buena posición económica. Su padre; Otto, como tantos judíos alemanes, había participado en la Primera Guerra Mundial en el ejército del Káiser.

Ana tenía una hermana 3 años mayor, Margot.

Tras el ascenso de Hitler en 1933, la familia Frank se mudó a Ámsterdam, Holanda, por el antisemitismo nazi. En Ámsterdam Otto Frank abrirá Opekta, una empresa que fabricaba un estabilizante para la mermelada. Ana irá a un jardín de infantes Montessori.

Son años tranquilos hasta que Hitler ocupa Holanda en 1940. La vida de Ana cambia a los 10 años.
Tuvo que dejar su escuela e ir a un liceo judío por orden de los nazis y perdió a sus amigos no judíos.

Se iba sabiendo la existencia de campos de concentración.

El 12 de junio de 1942 Otto le regaló a Ana un cuaderno por su cumpleaños. Ana lo recibió emocionada y empezó a escribir en él su día a día.

Un mes después su hermana Margot recibió una citación de las SS. Eso significaba ser enviada a un campo de concentración.
Esto fue la gota que colmó el vaso para que la familia Frank adelantara sus planes para esconderse de la Gestapo, la policía secreta del Tercer Reich.
Otto había estado trabajando en un plan para que él y su familia estuvieran a salvo y lo llevó a cabo con la ayuda de 4 trabajadores no judíos de confianza.

El 9 de julio de 1942 la familia Frank simuló una huida a Suiza y abandonó su casa dejándola patas arriba.

Se escondieron en la Casa de atrás, que se situaba encima del despacho de Otto Frank y que estaba unido al edificio de la compañía del padre de Ana por una puerta escondida detrás de una estantería.
El anexo estaba formado por 3 habitaciones, un baño completo, un salón y un desván,

A finales de ese mismo mes se les unió la familia Van Pels, un matrimonio con un hijo un poco mayor que Ana y en noviembre de ese mismo año, se sumó un dentista.

Será a partir de aquí cuando el Diario toma un papel importante.

La escritura le servirá como vía de escape para poder ir sobrellevando el encierro solitario de 8 personas y el miedo constante a que la Gestapo los descubriera. Además, se convirtió en un relato en primera persona de la tragedia que vivió su familia.

Durante 2 años Ana contará su día a día en el anexo de atrás, sus altibajos con su compañero de habitación, el dentista, su buena relación con su padre y su hermana y la no tan buena con su madre, Edith.

Ana Frank contará su transición de niña a mujer, los florecientes sentimientos amorosos que sentía por Peter, el hijo de los Van Pels y que él correspondía, así como sus sueños, creencias y la manera en que ella percibía la naturaleza humana.

Dos años de relatos cotidianos, de días monótonos donde solo los trabajadores de confianza de la empresa del padre aportaban un aire fresco con sus noticias del exterior.

Pero el 4 de agosto de 1944 la Gestapo asaltó la Casa de atrás.

La familia fue trasladada a Westerbork, un campo de concentración de paso y luego fueron deportados a Auschwitz.
Allí Otto fue separado de su mujer e hijas para nunca más volverlas a ver.

Margot y Ana serán seleccionadas para la reubicación en el campo de Bergen-Belsen. Edith, la madre, no saldrá de Auschwitz. Debido a los trabajos forzados y a las malas condiciones de higiene y hacinamiento, las enfermedades se propagaban fácilmente.

En febrero de 1945 una epidemia de tifus mata a 17.000 de los presos, entre ellos a Margot y a Ana. Ana muere una semana antes de que los británicos liberaran el campo.

Solo Otto Frank sobrevivirá al Holocausto.

De vuelta a Ámsterdam, una de sus empleadas de confianza le dará el Diario de Ana Frank.

Otto queda asombrado de su contenido y siguiendo el deseo de su hija decide publicarlo en 1947 bajo el título de La Casa de atrás.

El Diario de Ana Frank se convertirá en uno de los libros más leídos de la Historia.

Ha sido traducido a más de 60 idiomas y ha vendido más de 30 millones de ejemplares

Es el testimonio desgarrador de una adolescente que sufrió el terror del nazismo en primera persona.

Ana Frank quería se escritora de mayor. A los 14 años ya lo era.

Putin y Hitler

El escritor italiano Antonio Scurati, el mejor biógrafo de Mussolini, establecía en marzo de este año analogías llamativas entre Putin y Hitler.

Hay similitudes en la manera de hacer la guerra o en la manera de justificar la invasión de un país vecino.

Hitler, como Putin, en la invasión de Checoslovaquia y Polonia, justificó el recurso a las armas como una necesidad de defender a las minorías germanófonas. Denunciaba el exterminio de las minorías alemanas en el área de los Sudetes y el corredor de Danzing. Lo justificó como la necesidad de protegerlos de un verdadero exterminio.

Todo el mundo sabía que era mentira. Hitler no era un hombre político.

Su modo de pensar Europa y las relaciones internacionales respondían a una óptica casi religiosa según la cual se había precipitado en una batalla final contra un enemigo mortal.

Putin también tiene una lógica criminal, no política. Lo único que cuenta es la fuerza. Si no choca contra una demostración de fuerza que le imponga pararse, continuará.

Tiene ideas de hegemonía que responden a una lectura histórica y religiosa particular del destino de Rusia.

Es lo que hizo Hitler, cuando no paró con la anexión de Austria y cambió el mapa de Europa. Después invadió Checoslovaquia y después Polonia y comenzó la Segunda Guerra Mundial.

A Putin le mueve la idea de que las antiguas repúblicas soviéticas han sido usurpadas del legítimo derecho de Rusia de dominarlas.

El ataque a Ucrania no es fruto de un incidente diplomático sino la expresión de una idea de hegemonía y de dominio que podría prolongarse a otros Estados.

Propone una consideración del enemigo como un tipo de subhumano. No reconoce el derecho del enemigo de plantearle una guerra.

Es como si considerase que tiene derecho al exterminio. Arrasar ciudades es lo que hacía el nazismo, lo que hizo en Rotterdam al inicio de la Segunda Guerra Mundial para desmoralizar a los holandeses.

TikTok y la guerra de Putin

TikTok es una red social china que contiene vídeos de 15 segundos a 10 minutos. Fue creada en 2017 y ya tiene más de 1000 millones de usuarios.

La gran mayoría de sus usuarios tiene entre 18 y 24 años y la usan como su principal fuente de noticias.

En Rusia impera la propaganda y la desinformación. Instagram, Facebook y Twitter están bloqueados.

TikTok resiste de momento, con fuertes restricciones: ya nadie puede hacer directos ni subir nuevos vídeos.

No obstante, las nuevas generaciones son astutas y muchas veces consiguen evadir la censura con una conexión privada (VPN). El uso de esta tecnología ha aumentado un 600 % en Rusia desde que Ucrania fue invadida.

Vietnam fue la primera guerra televisada.

La de Ucrania se ha convertido en la primera guerra retransmitida por TikTok.

Ahora las historias en lugar de leerse en libros impresos se reconstruyen de forma digital a partir de las redes sociales.
Un ejemplo es el de la ucraniana Valeria Shashenok de 20 años que se hizo viral al narrar cómo transcurrían sus días en un búnker en Chernigov, su ciudad, donde estaba refugiada con su familia de los bombardeos rusos.
Shashenok transmitía sus vivencias con ironía.

El 4 de marzo pasado publicó en un vídeo con más de 42 millones de visualizaciones:

“Estoy viviendo mi mejor vida. ¡Gracias Rusia! Mi perro no entiende por qué vivimos en el sótano. Mirad en la calle lo que Putin le ha hecho a mi ciudad”.

Mientras sonaba una canción alegre de fondo. Shashenok tiene 900.000 seguidores.

Como ella hay muchos más jóvenes que transmiten sus vivencias a través de TikTok. En una entrevista en la CNN decía Shashenok:
“En Rusia hay mucha desinformación y la mayoría de los rusos no cree que mi país, Ucrania, está en guerra. Mi misión es mostrar al mundo lo que está pasando”.

En un vídeo posterior publicó como fue su evacuación y su llegada a Polonia. Viajó sola. Los hombres entre 18 y 60 años no pueden cruzar la frontera. Su padre se quedó y su madre decidió acompañarlo. Ambos permanecen en un búnker.

Muchos jóvenes ucranianos han sufrido las consecuencias del desastre de Chernóbil, la masacre de Maidán y el combate con Rusia en Donbás.

Jóvenes voluntarios hacen el trabajo de seguimiento y verificación de información proveniente de fuentes no oficiales.
Esto cambia la forma en que se comunica sobre la guerra.

Las siglas OSINT están relacionadas con cuentas que geolocalizan, verifican y contrastan información sobre la invasión.
OSINT responde al acrónimo en inglés de Inteligencia de Fuentes Abiertas, un uso de internet que busca analizar y hacer un seguimiento de la información que fluye continuamente por la red.